Clan "Inmortales"


domingo, 8 de septiembre de 2013

Capitulo 32: Lazos de sangre



A mitad de verano, mi angustia fué cesándo,las cartas que mi salvador me iba escribiendo me iban tranquilizando como las canciones  de cuna que las madres cantan dulcemente a sus bebés.
Poco a poco la idea de que Karisma estuviera cerca de Brandom iba desapareciendo al leer sus hermosas e interesantes cartas,pero esa terrible idea volvia a mi mente torturandome una vez más cuando metia su carta de nuevo en el sobre.
-No.-Me dije a mi misma.-No pasará nada.
Lo repetia una y otra vez como si se tratase de un mantra, ¿qué iba a hacer cuándo regresaran a Londres?.Me froté las sienes con fuerza, no pasará nada dije nuevamente, Brandom sabrá manejar la situación.
Pero él no sabe nada de sus intenciones, al menos no lo menciona en sus cartas, o quizá no quiera decirmelo para no preocuparme.Dios, es desesperante, ¿mencioné que mi angustia cesaba?.No, era imposible.
El corazón latia fuertemente en mi pecho, ¿por qué?.No sabría expresarlo, sentí temor,incertidumbre,una mezcla de sentimientos muy contradictorios.Paseo de un lado a otro de mi habitación, en la penumbra de la noche que se colaba por mi ventana, me abracé a mi misma mientras me acercaba a ella.Observe el exterior,todo parecia en calma, eché un rápido vistazo al cielo oscuro, esperaba ver alguna estrella pero estaban ocultas bajo nubarrones.
 Olía a humedad y a campo,era obvio que se avecinaba una tormenta acompañada de un feroz aire.
La calma se vió enturbiada aquella noche tal y como lo sentí yo en mi interior.
Los árboles parecian combrar vida propia,sus hojas se balanceaban violentamente creándo un ruido aterrador y amenazante,cerré los ojos por un instante y di la espalda a la ventana llevándo mis manos a los oídos.
Me metí en la cama y me tapé con la sábana hasta la cabeza mientras escuchaba el repiqueteo de las hojas golpeándo la ventana, llevé las piernas hasta la altura de mi pecho y volví a taparme los oidos.
Media hora después me quedé dormida observándo todo lo que una pesadilla me iba mostrándo,una gran familia de seres extraños sedientos de sangre y de venganza que venian buscándo mi cabeza y exponerla en la gran plaza de la ciudad habitada únicamente por vampiros.

-Liz,levanta.-Dijo una voz sacándome de ese terrible sueño.- Vamos al bosque ¿quieres?.
-¿Al bosque?.Pero si anoche estuvo diluviando Amelia..Dije intentando desperezarme.
Mi hermana hizo un mohín y corrió hacia mi ventana para ver el exterior.Se giró sobre sus pies y suspiró.
-Es verdad,el bosque no tiene que estar muy bonito.¡Pero si estamos en verano!.-Se cruzó de brazos algo enfadada.
Me encogí de hombros al ver su reacción.
-Venga vamos a desayunar.-La animé.
Me senté en el borde de la cama y pasé la mano por el cuello haciéndolo girar,no había dormido en una buena postura y agradecí ese movimiento haciéndolo crugir.
Apoyé las manos en el borde de la cama alzando la vista al techo,no escuché a mi hermana y giré mi cabeza para encontrarme con ella.
-No te enfades Amy, iremos en cuánto esté todo seco y si quieres,podríamos llamar a Jessica ¿que te parece?.
Mi hermana estaba con los ojos clavados en algún punto del suelo,asintió una sola vez ante la idea que le propuse y frunció el ceño.
-¿Que te pasa ahora?.-Pregunté.
Amelia abrió un poco más sus ojos para mirarme,parpadeó y señaló debajo de la cama.Fruncí el ceño y di un salto de la cama para ir junto a ella y ver que era lo que había ahí.
Señaló con su alargado dedo índice y el corazón me dió un vuelco, un gran sobre de color blanco junto con un mechon de cabello ondulado color dorado.
-Amelia sal un momento por favor.-La dije lo más calmada que podía sonar en ese momento.-Sal espérame fuera.
-¿De quién es ese cabello Liz,es tuyo?.-Dijo acercándose para cogerlo a lo que la detuve por lo hombros.
-No claro que no,Amy por favor ni una palabra espérame fuera.-La empujé hasta la puerta.-Luego te lo cuento.
La expresión de mi hermana no cambió,había pasado de confusa a preocupada.Fingí una amplia sonrisa mientras las sienes palpitaban aceleradas al igual que los latidos de mi inquieto corazón dominado por el miedo.Cerré la puerta lentamente y dejé salir el aire que había estado continiendo estos largos minutos.
Corrí al tocador examinando mis cabellos con mis manos y ahí estaba, me faltaba un mechon de la parte derecha de la nuca.Dios mio, ¿que?.
Mi respiración volvió a dejarme cuando giré hacia la cama y me puse de rodillas frente aquél sobre.Alargué mi mano temblorosa hacia el mechón dorado que descansaba sobre aquél sobre,una vez en mi mano lo dejé caer al suelo y esta vez mis ojos se clavaron en el sobre.
Mi mano temblorosa e indecisa dudó por un momento, en mi cabeza resonaba su nombre con fuerza:"Karisma,Karisma Karisma".
Apreté los párpados con fuerza,contuve nuevamente la respiración y agarré el sobre abriéndolo apresuradamente, no tenía remite y dejé caer al suelo el contenido.
El suelo de mi habitación se vió enfundado por una serie de fotografías horribles de personas decapìtadas,mordiscos en brazos piernas y muñecas, animales destrozados por ataques y a Karisma posándo con sus labios y ojos ensangrentados junto a Brandom.
El corazón me dió un vuelco,mi respiración volvió aparecer acompañada  náuseas, la sangre huyó de mi rostro al contemplar aquella brutalidad inmortalizada en fotografías.
Mi salvador la tomaba por la cintura,su expresión era dura y fría,la actitud de Karisma era muy diferente,se la veía complacida,feliz con su nueva vida y así quiso mostrármelo.
Un papel enrollado como un pergamino atado a un lazo negro me llamó la atención,una carta,no hacía falta preguntarme de quien se trataba.
Desaté el lazo tan rápido como pude y me puse a leer:

"Mi Querida y estimada Elizabeth:
Quiero agradecer tu amistad.Gracias a ti me llevastes al amor de mi vida.
Probablemente me odies toda tu vida por ello,pero no te preocupes no durarás demasiado y no por que vaya a terminar contigo,si no por que eres humana, y el tiempo de vida de los humanos es a muy corto plazo.
No durará mucho tu dolor por haberlo perdido,y si ves que te resulta muy insoportable esa carga,como buenas amigas que fuimos en el pasado puedes perdírme que te arrebate la vida.
Admito que no fuí muy honesta contigo,debería haberte dicho que odiaba que me hablaras de tus sentimientos por mi futuro esposo,pero al fin y al cabo fuí una buena amiga contigo y me guardé mis sentimientos.
Sé que estoy siendo muy contradictoria,pero no podía dejar que tú fueras feliz arrebatándome lo que más amaba,ya perdí una vez un amor y no pienso perder más.
Queda muy poco para nuestro regreso a Londres,para instalarme en mi nuevo hogar como esposa.
Lo que sentía Brandom por tí,era una simple atracción,estaba confundido.
Él no quiere herir tus sentimientos,yo tampoco,pero he de pedirte que tú misma le digas que lo abandonas que no eres buena para él.
Creemé,el lo haría pero no quiere hacerte sentir mal, asi que la mejor forma de ayudarlo es que tú se lo digas.
Sé que te ha estado escribiendo cartas de amor,lo que no sabes es que lo ha echo en mi presencia y bajo mi consentimiento, no sabe como dejarte no sabe seguir sabiendo que te hará un gran daño si te lo dice.
Él no quiere que nadie se entere de nuestros planes de boda,piensa que debería quedar entre los miembros de la familia.
Si lo amas,considera la idea de que alguien que tenga su mismo estilo de vida será mucho mejor para él."

Karisma Halley


Lágrimas,lágrimas lágrimas,llanto,dolor.No, esto no puede estar pasando,no Brandom ¿por qué?.
Mi puño se va cerrándo poco a poco arrugándo la carta bajo mis dedos.Aprieto los dientes con fuerza mientras rios de lágrimas inundan mis ojos cayéndo por mis mejillas.
Karisma no puede estar diciendo la verdad,¿prometidos? ¿cuándo?.No,no no no, me niego a creérlo.Brandom me lo hubiera mencionado en sus cartas,me hablaría de Karisma.
¿Cómo te va hablar de sus planes si quieren mantenerlo en secreto?, me corrige mi subconsciente.
Tenía razón, ella estaba presente mientras me escribia y bajo su consentimiento, ¿pero por que cartas de amor?,¿acaso eso no empeoraría más la situacion si quería desahacerse de mi?.
Por cobardia,vuelve a hablarme mi subconsciente,o tal vez Karisma así lo quiso para hacerte más daño después.
¿Pero Brandom estuvo deacuerdo en ello?,me preguntaba intentando buscar alguna respuesta que me diera un rayo de esperanza de que todo aquello no fuera real.
Cuando dos personas se aman de verdad y se juran amor eterno, no puede existir ningún obstáculo que logre separarlos,me contesta el subconsciente con la voz apagada de Yuls.
Apreté mis párpados con fuerza impidiendo que salieran más lagrimas, el dolor me ahogaba,me martilleaba en el pecho.
No encontraba alguna respuesta,todas eran horribles,toda esperanza se desvanecia en el aire.
Sentada sobre mis rodillas me incliné hacia delante arrugándo con fuerza la carta entre las dos manos.
Yo no era buena para él,Karisma ahora pertenecia a su mundo y yo sólo era un obstáculo que debía desaparecer y olvidarme de todo lo ocurrido con los Akerman,
Aún así no entendía que podría haber echo yo para que Karisma pasara de ser una buena amiga a una enemiga en potencia que ganó terreno para ganarse a  mi hermoso salvador.
No, no es mío, ya no es mío fué una ilusión,una ilusión que me arrebataron y no al contrario.
Tampoco te lo arrebataron, me corrige mi subconscinente con la boca pequeña.
Desde luego, no me lo arrebataron, es cosa de dos.Recogí todas aquellas crueles fotografías volviéndolas a mirar una a una mientras las devolvía al sobre.
Acerqué a mi rostro inundando en lágrimas la de los dos, acaricié con mis dedos aquél ser que me había llenado y me había echo sentir amada,quise romperla pero no tuve el valor suficiente.
No podía dejar que la rabia se apoderase de mí,simplemente debía dejarlo pasar y tal vez algún día,con un poco de suerte,consiguiera arrancármelo del corazón.Pensar en ello me entristecía,no quería que me abandonase aunque lo que tuviera de él fuera un recuerdo amargo y desolador.
De alguna manera formaba parte de mi,parte de mi vida,de mi juventud de mis sueños, y ahora todo se vió enturbiado por la triste realidad que tarde o temprano pasaría.Dos mundos distintos,dos seres opuestos,la noche y el día...No había un mundo en el que podríamos ser felices.
Limpié aquellas lágrimas que no cesaban y me dispuse  a guardarla en el interior del sobre junto con las demás pero fruncí el ceño cuando vi que en el dedo índice tenia una mancha de tinta.
Dí la vuelta a la fotografía y mis ojos siguieron esas letras que provenian de la mano de Karisma:

"Te espero en dónde estaba situada mi antigua casa.
¿Sabrás llegar, o prefieres que pase a buscarte?"

Parpadeé varias veces,eché una rápida mirada por la ventana y me paresuré a guardar la fotografía y la carta en el interior del sobre.
Maldita sea,esta aquí,¿habrá venido sola?.El corazón martilleaba en mi pecho inquieto.
Me asustaba pensar que no cumpliria su palabra,que no me mataría a no ser que yo se lo pidiera.
¿Habrá venido acompañada por Brandom?,no no no, no era tiempo de pensar en eso ahora, debía de vestirme rápidamente e ir hasta su casa, o lo que quedaba de ella.
Pensar en lo que hizo me daban escalofríos.
Dejé el sobre encima de mi cama y me apresuré a coger un vestido de color rojo granate.Lo pasé por encima de mi cabeza y lo dejé caer hasta mis pies como una cascada sangrienta.
Me recogí el cabello atado hacia un lado y guardé el sobre dentro del corsé, el mechón de mis cabellos lo escondí entre uno de mis libros de literatura inglesa dentro del cajón de la cómoda.
Abrí la puerta con la respiración agitada,Amelia no permanecía al otro lado lo cual agradecí.
Fui al baño a refrescarme la cara con agua fría y abanicándome con las manos intentando que se fuera aquella imagen de tristeza y miedo del otro lado.
 Bajé apresuradamente las escaleras sugetando mi vestido con las manos.
-Eh,eh eh jovencita,¿dónde crees que vas?.-Preguntó mi madre secándose las manos con un paño.
Amelia estaba en la mesa desayunando y me miraba con los ojos muy abiertos, por lo visto papá ya había salido a trabajar.
-Esto mamá.-Comenzé a decir.-Buenos días.
-Siéntate a desayunar.-Me ordenó.
Hice lo que me pidió,me senté frente a mi hermana y ésta alzó la barbilla para mirarme por encima del hombro asegurándose que mamá no estaba cerca escuchando.
-Bueno dime,¿ese era tu pelo?.-Preguntó.
-Claro Amelia.-Carraspeé inventando algo rápidamente.
-Me lo corté yo,ese sobre que viste es algo que le iba a mandar a Brandom.
-¿Tu mechón?.-Preguntó incrédula.-¿Y para que?.
-Para nada,por que ya no se lo voy a mandar.
-¿Y por que no?.-Preguntó ahora con cierta tristeza.
-Por que no y ya basta.
Mi hermana bajó la mirada hasta su tazón,sospecho que ya sabrá que terminamos al juzgar por su expresión y por que no preguntó más.
-Mamá,tengo que salir un momento.-Dije una vez terminado mi desayuno.
-¿Va tu hermana contigo?.-Preguntó mirando a Amy.
Me dí la vuelta para sonreírla y acto seguido me encontré con la mirada de mi madre.
-No voy yo sola, voy a ver a Yuls.-Imité una sonrisa tranquilizadora.
Mi madre asintió y salí por la puerta lo más calmada que pude.

Cruzé el porche con pasos tranquilos aunque deseando llegar lo antes posible al encuentro con mi amiga Karisma.
No, ya no lo éramos, ahora éramos diferentes y me invadió el pánico al pensar que ahora era una poderosa vampira.
Al cruzar la vaya de madera eché a correr hacia el claro,atravesándolo sin mirar aquellos puntos en los que me invadían los recuerdos de Brandom.
Aparté esos recuerdos dolorosos centrándome únicamente en seguir el ritmo y al estar cerca de la casa de Karisma Halley mis pasos cesaron e iba andando con cautela.
Pum, un paso y al mismo tiempo un latido fuerte en el pecho.
Sentía que me estaba acercándo peligrosamente a la muerte, a mi destino fatal y sin retorno.
No,dijo que no te haría ningún daño, me repetía para mis adentros.
Pero no sólo es el daño físico a lo que en realidad le temía, si no a sus palabras tan hirientes como un arma de doble filo, ese era el castigo más doloroso que podría recibir en estos momentos.
Al llegar, los latidos se intensificaban.
La casa había sido devastada por el fuego.No quedaba nada excepto madera quemada y tela raída cubierta por las cenizas.Se percibia el olor a muerte, estaba en el aire.
Me abracé a mi misma mientras andaba entre aquél desastre provocado por la misma Karisma,intentando esquivar aquello que me parecían huesos pero solo era el esqueleto fantasma de la casa.
Mis ojos buscaron con desesperación a Karisma,me giraba a cada segundo intentando evitar que se me acercara por la espalda entonces una larga melena azotada por el viento se detuvo a unos metros delante de mí.

Su sonrisa se ensanchó al verme, sus cabellos tan negros como el abisbo ocultaban parte de sus ojos rasgados  inyectados en sangre.
La muerte no la había echo justicia, era hermosa, demasiado.Su piel ahora era blanquecina,vestia de un largo vestido verde oscuro con pedrería oscura en el corsé realzándo su figura perfecta.
Alzó la barbilla y estiró sus brazos abriendo sus ojos rojos.
-¿Te gusta el hermoso escenario en el que te he dado cita?.-Preguntó con ironía.
-Hola Karisma.-Saludé con cierto respeto.
-¿Es todo lo que vas a decirme,amiga mía?.-Sonrió aún con los brazos extendidos.-¿Cómo me veo?.
-Bi...bien.-Carraspeé.
-Pues yo a ti no te veo muy bien, juraría que has palidecido un poco querida.-Bajó sus brazos y colocó las manos sobre sus caderas.-Sal de ahí, ensuciarás tu precioso vestido de ese color tan llamativo.
Su voz era tan fría como el hielo, obedecí y me acerqué un poco más a ella saliendo de aquellos escombros.
-Bonito día el de hoy, siempre me gustó los días nublosos.-Dijo observando el cielo y husmeando el aire.
-¿Para qué me has citado aquí Karisma?.-Pregunté evitando el contacto visual con sus temibles ojos.
-Para asegurarme de que harás todo lo que queremos.
-¿Queremos?.-Pregunté.
-Si,queremos.Tú y yo.-Dijo.-¿Porque tú quieres que Brandom sea feliz cierto?.
Dudé por un momento, por supuesto que quería que fuera feliz,¿acaso ella lo dudó en algún momento?.
Asentí una sola vez,Karisma entrecerró los ojos y puso su mano en el oído haciendo el ademán de que no escuchó mis palabras.
-Si, quiero.-Logré decir.
Ocultó con una mano sus labios escapando una risita.
-Me vas a perdonar querida, pero esas palabras las diré yo, el día que celebremos nuestro enlace.-Dijo friamente.
No.Otra vez esa punzada en el pecho,cerré los ojos un segundo evitando que el dolor se reflejara en mis ojos.
Al abrirlos me sobresalté, la tenía justo detrás de mi apoyándo sus frias manos sobre mis hombros.
-Sé lo que estás sintiendo, sé que te duele Liz desahógate...-Susurró cerca de mi oído.-...pero recuerda,a nuestro regreso tienes que decirle que lo abandonas,que esto no es vida para tí.
Me dí la vuelta rápidamente retrocediendo unos pasos y no sabía de dónde me salió el valor.
-Podrías estar mientiéndome.
Sus ojos se abrieron y su sonrisa se torció hacia un lado.
-¿En serio crees que miento?.-Una carcajada resonó en todo el lugar.-Sigues siendo una hipócrita,pobre muchachita.
Del interior de un bosillo que tenia en su largo vestido sacó un sobre.
Se lo llevó cerca del oido y lo agitó sin borrar aquella sonrisa, acto seguido desapareció y me lo extendió ante mi.
-Ten,cógelo anda, no voy a morderte.-Carcajeó.
Mis labios temblaron al igual que mi mano, se lo arrebaté de la suya temiendo que podía contener esta vez.


                                                                           Enlace Matrimonial entre:
                                                 
                                                                     Brandom Akerman & Karisma Halley
                                       Walter Akerman les complace anunciar que su hijo a encontrado a su compañera
                                              e invitaremos a todo el clan a tal esperado y grandioso evento.
                                                                                 
                                                                                   Os esperámos
                                                                       

Leía una y otra vez la carta de invitación,y una vez más y otra más.
No, ya no eran imaginaciones mías, es real, esto es real, es un hecho que se prometieron y esta invitación creada por el Señor Walter Akerman
y que lleva su sello personal lo confirma.
Inspiré el aire que no terminaba de llenar mis pulmones, oculté mis lágrimas intentando llorar hacia dentro.
-Está bien.-Dije devolviéndola el sobre.-Lo haré.
-No seas muy brusca con él, tienes que tener mucho tacto, al fin y al cabo fuistes su humana por un tiempo.
Asentí con la cabeza.
-¿Porque nunca me dijiste lo que sentías por él?.-Me animé a preguntar sin mirarla.
-¿De verdad te interesa saber por que?.-Alzó una ceja.
Asentí.
-No creo que eso importe mucho ahora ¿no crees?.Pero lo que te puedo decir es que cuanto más me hablabas de él más me enamoraba de su ser.-Comenzó a decir.-Simplemente me enamoré de él,y perder es algo que nunca me ha gustado.
-De manera que nuestra amistad nunca te importó.-Dije ahora mirándola directamente.
-Puede que en un principio,¿pero la verdad?...-sonrió descaradamente.-No.
Me limité asentir una sola vez,horrorizada por sus palabras, su insensibilidad no parecía conocer limites, podría haber culpado a su nueva vida como vampiro, pero al parecer todo venía de antes.
Me regañe a mi misma por haber sido tan confiada, por haber estado tan ciega y por haberme enamorado de un ser que jamás sería para mí, que jamás podría estar con alguien tan insignificante como una humana.
Pero en mi interior se debatía esa cuestión.¿Brandom Akerman me amó en algún momento?.
Por supuesto que sí,decía una voz muy segura de si misma en mi cabeza.
-Ya puedo ver que la amistad es algo muy insignificante para tí.-Dije.
-El amor es más importante que toda esa basura.-Se limitó a responder.-Haz lo que hemos hablado y olvidémonos la una de la otra,para siempre.
-¿Y si me niego hacer lo que me propones?
Realmente formulé esa pregunta sin haberla pensado,sabía que traeria consecuencias si no hicera lo que me pedía.
-Morirás, pero después de que veas como termino y devoro a tu querida hermanita a la que mi cuñado Near estaría encantado de hincarle el diente.-Amenazó con una sombra oscura en sus ojos.
-¡No te atrevas!.-Grité con todas mis fuerzas.
Al segundo la tuve frente a mí mucho más cerca.
Su nariz rozaba la punta de la mia y me mostró sus afiladisimos dientes tan blancos como la luna.
-Shhhh.-Siseó.-Sabes que lo haré mi querida Liz.
Una de sus heladas manos acarició mi rostro,la sangre huyó de mi rostro y el corazón se me detuvo en ese instante.
-No me provoques,podría arrancarte las entrañas aquí mismo sin darte la oportunidad de que vuelvas y vivas una vida tranquila y feliz al lado de tu querida y unida familia.-Susurró,acto seguido me olisqueó el cuello.
La vena de éste palpitaba con fuerza,mi barbilla comenzó a temblar al igual que el resto de mi cuerpo.
Lo haría,haría cualquier cosa para proteger a mi familia,no quería llegar a ese extremo y sentirme culpable por ello durante el resto de mi vida como ocurrio con el tío Zack.
-Está bien.-Dije presa del pánico.
Noté que sonreía cerca de mi cuello, su cabeza se levantó lentamente hasta ponerse de nuevo a mi altura, sus ojos me miraban impasibles.
-Buena chica.-Dijo satisfecha.-El tiempo se mantendrá fresco, de manera que en dos semanas regresamos hasta entonces,Elizabeth.
Y desapareció...

Desapareció ante mi cómo un relámpago,dejándo un ensordecedor estruendo a mi alrededor,sus palabras eran el eco que me acompañaron hasta la casita blanca que ya podria verse a lo lejos.
Mis pasos eran pesados,mi mundo perfecto junto a mi salvador ya no existia,pero no podía pensar en ello,no tenía ningún derecho a pensar así a sentirme así.
Karisma me dejó vivir,dejaría en paz a mi familia,todos los miembros de la Familia Akerman se olvidarian de nosotros para siempre,Brandom también,me decia el subconsciente.
Tal vez sería lo mejor, es lo mejor para todos me dije a mi misma.
Al cruzar el porche mi madre estaba sentada en su butaca tejiendo,me miró por encima de sus gafas redondas y al verla un alivio invadió mi alma.
Me puse de rodillas frente a ella y apoyé los brazos y la cabeza sobre su regazo.
Frunció el ceño se quitó las gafas y me levantó la cabeza obligándome a mirarla.
-¿Estas bien hija?.-Preguntó preocupada.
Suspiré y volví apoyar la cabeza en su regazo.
-Ahora si.-Dije con verdadero alivio.
Noté una de sus manos que acariciaban suavemente mis cabellos y la espalda.
-¿Que pasa Elizabeth?,cuéntamelo.
-Mamá,¿creés que en algún lugar existe alguien que será para mí?.Pregunté sin pensar.
-No sólo eso,si no que cuándo llegue te amará siendo como eres.-Contestó dulcemente.
-¿Como soy?.
-Así es,cuando se ama no importa la raza,la posición social ,ni el pais ni el físico,te amará como seas de dónde seas y cómo seas.-Dijo muy segura.
Un suspiro salió de lo más profundo de mi pecho.
Como sea, me dije para mis adentros, no mamá, el único ser que he conocido no pensó igual que tú, al parecer si le importó cómo era y me dejó por alguien más parecido a él mismo.
Un nudo se iba enlazando en mi pecho,ahogándome estrujándome con fuerza.
-Y dime cariño,¿que sientes por ese joven?.-Me sobresaltó su pregunta.
Levanté la cabeza despues de que me frotase los ojos, imité una sonrisa y mostré la indeferencia poco creíble.
-Nada,es un buen amigo,pero no hay nada de eso.-Volvía  sonreír incorporándome.
-Hija,te conozco,yo te traje a este mundo.Sé cuando mientes,cuando te ocurre algo el tono de tu voz te delata.Tú mirada ahora es diferente,no tiene ese brillo,es una mirada perdida vacía como si te hubieran arrancado el alma.-Sus palabras sonaban como si conocera perfectamente esa situación.-Yo pasé por eso hija mía.-Contestó sorprendentemente a mis pensamientos.
-Cuando nos enamoramos nuestra mirada irradía ese brillo de felicidad,y tú dejaste de tenerlo el día que los Akerman se marcharon de Londres.
Ahogué un sollozo,allí de pié en el porche frente a mi madre me derrumbé nuevamente, me abrazó con fuerza y cuánto mas recibía su amor más sollozos y lágrimas caían por mi rostro.

Me dolía terriblemente la cabeza,me encontraba tumbada de medio lado mirándo hacia la ventana.
Serían las 6 de la tarde pero fuera parece que el día se había esfumado.
El viento movía las hojas que repiqueteaban cerca de mi ventana,cogí un vaso de agua y una aspirina que mamá me había dejado en la mesita de noche.
Ella sabía que esto pasaría, tenía tanta experiencia en todo y yo en nada pero con el paso del tiempo esto sería una experiencia que quizá algún día podría compartir con alguien.
Me llevé las manos a la cabeza esperando que se me fuera el dolor, al moverme poniémdome boca arriba algo me pinchó en el pecho.
removí incómada por aquél pinchazo metí la mano dentró de mi corsé y me palidezco al recordar que era.
Maldita sea,iba a devolvérselo a Karisma, no quería tener nada de eso conmigo.
Lo dejé caer en el suelo,ya está se acabó no quiero tener nada que ver con Karisma ni los Akerman,volví a llevar las manos a mis sienes frotándolas con fuerza con los dedos evitando pensar en ellos, en los recuerdos.
Dios mío, esto va a ser más dificil de lo que yo creía, hubiera pagado para que hubiera un método para hacerme borrar la memoria y no recordar nada absolutamente nada de lo que habían pasado estos meses.
Una melodía sonaba fuera, una cajita de música que tenía desde los cinco años y que Amelia siempre aprovechaba para cogerla abrirla y verse en el pequeño espejo mientras una bailarina gira incansable.
Varias veces me había pedido que se la diera,pero era el único recuerdo que tenía de esa edad y a la que le tenía mucho cariño porque era un regalo especial de la abuela Rose.
No me importaba que cogiera la cajita de música, pero varias veces lo hacía sin permiso y sin tener cuidado de las veces que se le caía de las manos corriendo por la casa.
Puse los ojos en blanco,tocaba advertirla pero no me apetecía demasiado.
Hice el esfuerzo de incorporarme en la cama, cogí aquél sobre sin mirarlo y lo escondí en los cajones de la cómoda,muy bien escondido, bajo un doble fondo que había creado para cosas personales inalcanzables para los vivazes ojos de mi hermana.
En algún momento me tendría que deshacer de ese sobre,por el momento lo escondí sin darle más importancia de la que tenía.

-¿Liz?-LLamaron a la puerta.-¿Estás despierta?.-Preguntó mi hermana al otro lado.
-Ahora sí.-Dije metiéndome rápidamente en la cama.
-Hola.-Sonrió.-Mamá ha preguntado si te tomaste la aspirina que te dejó en la mesita.
-Si.¿Que tienes ahí detrás eh?.
Amelia palideció, una sonrisa nerviosa se mostró en su dulce rostro y me mostró la caja de música.
-Iba a pedírtela prestada Liz,pero dormias y mamá dijo que no te molestara.-Se apesruró hablar antes de que yo dijera una palabra.
-Bueno pues lo has hecho.-Contesté lo más seria que pude.
-¿Es que estabas dormida?.-Preguntó avergonzada.
Negué con la cabeza.
-¿Te molesté?.
Asentí sin hablar.
-¿Por que cogí la caja de música?.
Asentí evitando sonreir parecía tan preocupada.
-¿Es por que la he cogido sin tu permiso?.-Preguntó.-Pero háblame,la dejo donde estaba no quiero que me dejes de hablar nunca.
La dejó encima del tocador,le hice un gesto para que la abriera envolviendo la habitación con esa dulce melodia que nos gustaba tanto a las dos,  di una palmada en la cama para que se sentara a mi lado.
Hizo lo que le pedí,se sentó a mi lado con ese gesto preocupado en su rostro,la tomé de la mano y pasé uno de sus tirabuzones por detras de su oreja.
-A tí, jamás dejaría de hablarte.Estaba bromeando Amy, puedes cogerla siempre que quieras.-Sonreí por fin.
Frunció el ceño se soltó de de mi mano y me empujó hacia atrás.
-¡Tonta me habias asustado!.-Grito carcajeando y yo me uní a ella.
-Algún día será tuya,sera como una reliquia familiar que pasará de generación en generación,¿que te parece la idea?.